Qubbet el-hawa








El pasado 6 de marzo asistí a una conferencia sobre "Mitología y ritos funerarios en el Antiguo Egipto". En ella, un profesor de la Universidad de Jaén y además arqueólogo, Alejandro Jiménez, nos habló de la investigación y excavaciones que actualmente están llevando en Qubbet el-hawa.

Las excavaciones se han centrado en la tumba número 33, que se sitúa en la necrópolis de Qubbet el-Hawa situada en la orilla Oeste del Nilo en la ciudad de Asuan, la antigua Siene. El nombre quiere decir “cúpula del viento” y se supone que los egipcios eligieron esa colina para enterrarse por su forma de mastaba y porque miraba al este, por donde sale el sol. En cuanto a la tumba número 33, fue construida durante la XII Dinastía (1939-1760 a. C.) para albergar el cuerpo de un alto dignatario de la región de Asuán del que, por el momento se desconoce su identidad.

La investigación llevada a cabo por los miembros de la Universidad de Jaén en Quebet-el-Hawa ha tenido como objetivos la finalización de la excavación arqueológica, la documentación de los materiales hallados y un estudio forense de los restos humanos. También ha sido necesaria la realización de análisis como la prueba del carbono14 y de pigmentos para profundizar en la historia del monumento. Ha tenido mucha importancia la contextualización histórica de la tumba, ya que no sólo ha sido utilizada una vez, ni en un tiempo concreto sino que, por el contrario, en su larga historia, numerosas tumbas que conforman la necrópolis, han sido reocupadas una y otra vez, dejando muestras de su paso.

En esta tarea se han visto sometidos a numerosas dificultades como la ausencia de cartografía, la falta de documentación bibliográfica, el carácter arenoso del terreno, el paso obligado de turistas y el cerramiento de la tumba.

La tumba nº 33 de Qubbet el-Hawa fue descubierta en los años en los que el General F. Crenfell actuó en la zona (s. IXX). Sin embargo, en esa expedición no fue excavada, entre otras cosas porque no tenía tanto interés frente a otras que estaban intactas y que no habían sido expoleadas, de hecho esta tumba se hallaba en sus partes superiores destrozada por los azotes de un fuego provocado no hace mucho tiempo.

En 2008, que es cuando la universidad de Jaén inició sus trabajos, se centraron en cómo hemos visto un estudio del terreno generalizado, pero cuando se centraron en la QH33 lo hicieron primero en la superficie, en el exterior, donde encontraron un vertedero bizantino con numeroso materia arqueológico de distintas épocas como: 40 fragmentos de cerámicas de diferentes épocas (Reino Medio, II Periodo Intermedio y Reino Nuevo) con inscripciones, cuernos de vaca, también se ha descubierto un molino para hacer pigmentos y utilizar como pinturas, así como restos de una estatua de la Diosa Osiris, fragmentos de sarcófagos y ataúdes de piedra y algunos restos óseos humanos.

Casi al final de la excavación de 2008 se encontró un tabique de adobe que dio lugar a la aparición de otra sala donde había tres sarcófagos de madera de cedro muy deteriorados por la acción de las termitas. En 2010 descubrieron otra cámara con una pared de tres losas. En ella hay un ataúd de conífera de una mujer anciana, los sarcófagos están casi insistentes por la acción devoradora de las terminas sin embargo, el ataúd de conífera está intacto. En ningún nicho de la QH33 hay nombres, sin embargo en la QH34 hay una tumba de un nubi, otra cámara, donde se lee el nombre de su propietario.

En 2009 hubo otra expedición, donde ya contaban con algo más de experiencia. En ese año iniciaron también las labores arqueológicas en la tumba vecina de la QH33, separadas por pocos metros, hay bastantes nichos funerarios, todos en sarcófagos y además hay sepulturas excavadas en el suelo. En el interior de la QH33 se siguieron con los trabajos realizados anteriormente y se siguió limpiando tanto el exterior como el interior. Lo primero que hicieron fue retirar objetos más frágiles, después los ataúdes, tiene hasta 8, algunos de muy buena calidad. Esto hizo posible que se supiera que la tumba ha sido ocupada y posteriormente reocupada en dos ocasiones posteriores. Así, la primera ocupación se dio poco tiempo después de su construcción durante la Dinastía XII, y las ocupaciones durante el reinado de Tutmosis III (XVIII Dinastía) y la Época Tardía saíta o persa. En 1480 se enterraron unas unas cincuenta personas y en el 1600 a otras treinta personas más.

Todos los datos recogidos durante el trabajo de campo, están siendo analizado por los investigadores que han llevado a cabo el proyecto, así como, se están realizando labores para promocionarlo como la construcción de una oficina turística y además quieren concienciar a la gente de la existencia de este monumento y la responsabilidad de todas las personas por conservarlo.

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