Primero sueño (fragmento).









Quien de la breve flor aun no sabía        730
por qué ebúrnea figura
circunscribe su frágil hermosura:
mixtos, por qué, colores
--confundiendo la grana en los albores--
fragante le son gala: 735
ambares por qué exhala,
y el leve, si más bello
ropaje al viento explica,
que en una y otra fresca multiplica
hija, formando pompa escarolada 740
de dorados perfiles cairelada,
que --roto del capillo el blanco sello--
de dulce herida de la Cipria Diosa
los despojos ostenta jactanciosa,
si ya el que la colora, 745
candor al alba, púrpura al aurora
no le usurpó y, mezclado,
purpúreo es ampo, rosicler nevado:
tornasol que concita
los que del prado aplausos solicita, 750
preceptor quizá vano
--si no ejemplo profano--
de industria femenil que el más activo
veneno, hace dos veces ser nocivo
en el velo aparente 755
de la que finge tez resplandeciente.

Pues si a un objeto solo, --repetía
tímido el Pensamiento--,
huye el conocimiento
y cobarde el discurso se desvía; 760
si a especie segregada
--como de las demás independiente,
como sin relación considerada--
da las espaldas el entendimiento,
y asombrado el discurso se espeluza 765
del difícil certamen que rehúsa
acometer valiente,
porque teme cobarde
comprehenderlo o mal, o nunca, o tarde,
¿cómo en tan espantosa 770
máquina inmensa discurrir pudiera,
cuyo terrible incomportable peso
--si ya en su centro mismo no estribara--
de Atlante a las espaldas agobiara,
de Alcides a las fuerzas excediera; 775
y el que fue de la Esfera
bastante contrapeso,
pesada menos, menos ponderosa
su máquina juzgara, que la empresa
de investigar a la Naturaleza? 780

Sor Juana Inés de la Cruz.

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